miércoles, 8 de julio de 2020

Las Aventuras de Francisco Lozada (Cabo Rojo, 1789 - 1821)

Por César A. Zapata Lozada

Era la noche del miércoles 22 de noviembre de 1820, cuando un grupo de aproximadamente quince bandidos asaltaron a algunos vecinos pudientes del pueblo de Yauco. Luego del asalto, los bandidos emprendieron su huida hacia el oeste y durante la madrugada del 23 de noviembre pasaron por el sitio llamado Las Palmitas en Sabana Grande. Al pasar por este lugar, uno de los bandidos llamado Francisco Lozada, agredió y dejó tirado en el camino al vecino Juan Ángel Acosta. Aparentemente este suceso de bandidaje no es el único en que mi cuarto abuelo, Francisco Lozada, estuvo involucrado. Pero sí es el suceso por el cual fue apresado, juzgado, y posteriormente fusilado. Esta historia levantó mi curiosidad y me llevó a investigar las aventuras de Francisco, a su familia, y a las familias de apellido Lozada del pueblo de Cabo Rojo.

Nunca sabré la razón por la cual Francisco se dedico al bandidaje, pero sus acciones se deben poner en contexto con lo que estaba sucediendo en esa época. Durante ese tiempo proliferaron ataques por parte de corsarios insurgentes, piratas, y bandidos. Era difícil para las autoridades mantener la seguridad de sus habitantes por lo disperso del territorio y falta de milicias adiestradas. Y el 28 de septiembre de 1820, el sur de Puerto Rico fue azotado por una tormenta que destruyó muchas cosechas lo que pudo también fomentar el aumento en bandidaje por las condiciones de penuria en que quedaron muchas familias.

Luego de una intensa búsqueda por las autoridades que duro meses, Francisco fue capturado junto a otros nueve bandidos. Fue juzgado por el gobierno en San Juan y sentenciado a muerte. A las cinco de la tarde el 21 de agosto de 1821, fue fusilado junto a sus secuaces en el Baluarte Santo Tomás (localizado al lado del Castillo San Cristóbal) y enterrado en el cementerio Santa Magdalena de Pazzis (localizado al lado de San Felipe del Morro).

Francisco nació en Cabo Rojo aproximadamente en 1789 y era hijo de Manuel Lozada y Juana de Torres. Tuvo cinco hijos llamados: León, Anacleto, María Merced, María Anastasia, y Dionisio. Vivió en el barrio Llanos Tuna de Cabo Rojo y falleció fusilado en San Juan el 21 de agosto de 1821.

Este es un pequeño resumen de la historia de Francisco. Su genealogía y esta historia esta plasmada en detalle en el articulo "Las Aventuras de Francisco Lozada y las Familias Lozada de Cabo Rojo," publicado en la revista Hereditas de la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía en 2017.


Francisco Lozada Defuncion San Juan Puerto Rico
Acta de defunción de Francisco Lozada
Archivo Histórico Arquidiocesano de San Juan, Libro de Defunciones Número 24, folio 48. 

Bibliografía
  1. Cardona Bonet, Walter. El Marinero, Bandolero, Pirata y Contrabandista Roberto Cofresí (1819-1825). San Juan, Editorial Adaliz, 1991.
  2. Ramos Ramírez de Arellano, Antonio. “Los Marinos de Cabo Rojo: 1812” (tercera parte), Periódico El Faro del Suroeste (Diciembre 2011-Enero 2012).
  3. __________. Notas Históricas Sobre Cabo Rojo. Lexington, CreateSpace Independent Publishing Platform, 2014.
  4. __________, Úrsula Acosta, y Sifredo Lugo ToroCabo Rojo: Notas para su Historia. San Juan, Comité Historia de los Pueblos, 1985.
  5. Sued-Badillo, Jalil. La pena de muerte en Puerto Rico. Rio Piedras, Publicaciones Gaviota, 2011. 
  6. Zapata Lozada, César A. "Las Aventuras de Francisco Lozada y las familias Lozada de Cabo Rojo," Hereditas, Revista de Genealogia Puertorriqueña / Sociedad Puertorriqueña de Genealogía, Vol 18, Núm. 1 (Año 2017): 31-62.
  7. Archivo Histórico Arquidiocesano de San Juan, Libro de defunciones 24
  8. Archivo Parroquial San Miguel Arcángel de Cabo Rojo
  9. Archivo General de Puerto Rico, Fondo Gobernadores Españoles, Municipios, Cabo Rojo, Cajas 416 y 418.
  10. Archivo General de Puerto Rico, Fondo Gobernadores Españoles, Agencias Gubernamentales, Seguridad Pública, Caja 370.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Papa Goyo: Un empresario bondadoso

  Por César A. Zapata Lozada Desde niño, escuché historias sobre la bondad de mi tatarabuelo, don Gregorio María Torres Morales. Mi madre y ...