lunes, 20 de octubre de 2025

Ecos del Archivo: Desvelando las Historias de la Rebelión de San Germán de 1711

Un viaje a través de los Legajos: Algunos rostros detrás de la lucha por los derechos y privilegios de San Germán.

Por César A. Zapata Lozada

El periodo comprendido entre 1701 y 1712 en Puerto Rico no fue una época de calma. Fue el escenario de un profundo pulso de poder entre San Juan y San Germán que algunos historiadores llaman la Rebelión de San Germán. Queremos ir más allá de las fechas y los hechos, y sumergirnos en las vidas de los hombres y mujeres que protagonizaron este desafío a la autoridad central, basándonos en documentos de la época.

Lo que presentamos se nutre de la investigación directa de los legajos del Archivo General de Indias, específicamente de la Escribanía de Cámara, 9A1, el 137 y Santo Domingo, Legajo 2295. Quiero expresar mi más sincero agradecimiento al Dr. Antonio Sotomayor Carlo por compartir uno de estos valiosos legajos y a Kevin Villamil por su crucial ayuda en la investigación. Aquellos que deseen una visión más profunda del tema, tienen excelentes referencias en las publicaciones del Dr. Francisco Moscoso y Francisco Lluch Mora.

El origen del conflicto: Un privilegio de 1590

La mecha de esta "rebelión" fue encendida por un derecho antiguo. En 1590, la Audiencia de Santo Domingo había concedido a la Villa de San Germán unos privilegios que limitaban el poder del Gobernador de Puerto Rico. Uno de los más importantes era que no se podía obligar a los vecinos de San Germán a prestar servicios en San Juan, excepto en caso de ataque inminente, y que, aun así, no podían ser retenidos por más tiempo del necesario ni empleados en otros menesteres.

Este derecho generó roces constantes con los gobernadores, pero el conflicto escaló durante la administración de los gobernadores Gutiérrez de la Riba (conocido como "el terrible") y, posteriormente, Francisco Danio Granados.

La chispa de 1711

En 1711, el Gobernador Danio Granados, creyendo inminente un ataque inglés, ordenó a los milicianos de los partidos de la isla—incluyendo San Germán, Aguada, Arecibo, Ponce y Coamo—reportarse en San Juan.

La escuadra de San Germán, sin embargo, hizo un acto de desafío rotundo: al llegar cerca de San Juan y no ver barcos enemigos, decidieron regresar a su villa, negándose a entrar en San Juan. En este punto, la resistencia se convirtió en una abierta rebeldía, y es aquí donde entran en escena nuestros personajes.


Rostros de la Resistencia: Personajes de 1711

Muchos de estos nombres no son desconocidos; de hecho, aparecen en los árboles genealógicos de muchas familias del suroeste, demostrando que la historia de Puerto Rico es, también, una historia de familia.

1. Los Cautelosos: La Familia Ramírez de Arellano

En los legajos aparece el capitán Antonio Ramírez de Arellano, de 58 años en 1711, una edad avanzada para la época. Aquejado por "achaques del lomo" debido a una caída de caballo, excusaba su asistencia a San Juan para dar informes o presentarse ante el gobernador. Sus hijos, Baltazar (Sargento Mayor y Alcalde Ordinario), Sebastián, Andrés y Juan, también figuran.

  • Dilema de Influencia: Si bien el gobernador los menciona con cautela, señalando que los capitulares de San Germán "son todos familias", los Ramírez de Arellano parecen haber mantenido una posición cautelosa y neutral. Se dedicaban a diligenciar las órdenes del gobernador y enviar información, buscando, a mi parecer, conservar su influencia tanto ante la autoridad central como entre los ciudadanos rebeldes de la Villa.

2. El Motor de la Rebeldía: Sebastián González de Mirabal (y su familia)

Aunque la historia de esta familia merece una novela, no podemos obviar el papel de Sebastián González de Mirabal, a quien podríamos considerar el motor inicial de la rebeldía. Su esposa, María Verdugo Segarra, y su hijo, el clérigo Manuel Francisco de Mirabal, también jugaron roles protagónicos que les causaron grandes penalidades. ¡Dejaremos la epopeya de los Mirabal para otra ocasión!

3. Los Pagán: La llama de la instigación

Los Pagán, ancestros de gran parte de las familias del suroeste y presentes en la zona desde mediados del siglo XVII, participaron activamente en la instigación de la rebelión.

  • Rafael Santiago Pagán (ca. 1660): Notario público, ex-alcalde ordinario, dueño de modestos bienes y, según los documentos, una persona apasionada y de mando. Rafael fue uno de los principales instigadores de la rebeldía, afirmando que los milicianos estaban amparados por una cédula real. Junto a su sobrino, Manuel García Pagán, y Cristóbal de Lugo, redactó un memorial pidiendo protección a la Audiencia de Santo Domingo.

  • Manuel García Pagán (ca. 1680): Procurador general de San Germán y sobrino de Rafael. Participó activamente en la instrucción de los milicianos y en la planificación de un viaje a Santo Domingo.

  • Juan Felipe Pagán (ca. 1670): Ayudante y miliciano de San Germán y pariente de Rafael con un "tercero con cuarto grado de consanguinidad", un ejemplo claro de cómo el poder local se concentraba en familias entrelazadas.

  • Gerardo Pagán: Figura breve, incluido en la lista de los milicianos rebeldes fugados.

El Épico Viaje y la Captura

Rafael y Manuel, junto a otras nueve personas—incluyendo al joven Francisco de Torres de Figueroa (quien se unió al viaje con la intención de pagar una promesa a la Virgen de la Altagracia en Higüey)—, partieron hacia Santo Domingo desde la Isla de Ratones (Joyuda, Cabo Rojo) en una canoa provista por Pedro de Segarra.

Cerca de la Isla de Mona, fueron interceptados por una balandra corsaria francesa. Al ser tomados prisioneros y entregados a las autoridades españolas en San Juan, Rafael protagonizó un acto de desesperación y astucia: intentó pedir santuario agarrándose al cerrojo de la Ermita de la Concepción, muy cerca de La Fortaleza, llegando a forcejear con dos cabos para evitar ser llevado ante el gobernador. Fue engrillado en el Morro, acusado de instigar la rebelión.

4. Las víctimas y los dobles juegos: Los Segarra

La familia Segarra, ligada a los González de Mirabal y otras familias influyentes de San Germán, se vio envuelta en las vicisitudes.

  • María Verdugo Segarra: Esposa de Sebastián González de Mirabal. Padeció la confiscación de sus bienes dotales y la reducción a la limosna por la participación de su esposo e hijo, un testimonio conmovedor de las consecuencias personales de la política.

  • Pedro Segarra: Hermano de María, fue Alcalde Ordinario y, aunque lideró un grupo para reemplazar a los milicianos rebeldes, suministró las canoas para la expedición de Rafael Santiago Pagán a Santo Domingo. ¿Estaba jugando en ambos bandos, o simplemente fue coaccionado, como alegó ante el gobernador?

  • Juan Segarra: Hermano de María. Había sido despojado de su cargo de cabo militar y capitán del puerto de Cabo Rojo. Rechazó airadamente el intento del gobernador de reinstalarlo sin antes restituir sus títulos y honores, una muestra de su orgullo inquebrantable, y desafío del poder central, aun cuando el gobernador era arbitrario y poderoso. 

5. El Desafío Abierto: Cristóbal de Lugo

Capitán de la milicia, Cristóbal de Lugo fue clave, siendo uno de los redactores del memorial a la Audiencia de Santo Domingo y un instigador activo, a pesar de alegar constantemente "achaques" y enfermedad para no acudir a San Juan a pesar de las ordenes del gobernador para que le proveyera información en persona.

Cuando el gobernador finalmente ordenó su arresto, Cristóbal, bajo el cuido del miliciano Juan Felipe Pagán, se armó de su espadín e insignia. Al llegar al Río Culebrinas, le declaró a Juan Felipe que "Prefiero perder mi vida que ir a San Juan." Desenvainó su espada, amenazó a Juan Felipe y se fugó con otros milicianos, su destino final incierto. 


Una Perspectiva Detallada

El estudio de estos legajos del Archivo General de Indias nos ofrece más que fechas; nos brinda detalles íntimos, las relaciones de parentesco que unían a los líderes y la compleja red de lealtades y resentimientos que definieron la vida en la Villa de San Germán. Esperamos que esta inmersión en las historias personales de 1711 haya arrojado un poco de luz sobre este fascinante y vital capítulo de la historia puertorriqueña.

Otras publicaciones del autor (disponibles en Amazon):


domingo, 31 de agosto de 2025

Una probanza de soltería en Peñuelas: el caso de Antonio Pérez Villamil y Perpetua Amalia Sierra

Por Kevin Villamil Rosado

Entre los documentos más valiosos para la investigación genealógica en Puerto Rico se encuentran las probanza de soltería, diligencias eclesiásticas necesarias para acreditar que un pretendiente al matrimonio estaba libre de impedimentos canónicos y civiles. En abril de 1861, en Peñuelas, encontramos un ejemplo fascinante: la probanza de Don Antonio Pérez-Villamil Fernández, natural del Puerto de Vega en Asturias, quien deseaba casarse con Doña Perpetua Amalia Sierra Pérez, hija de Don Juan Evangelista Sierra y Doña Francisca Pérez, vecinos de esta villa.

El origen de los novios

El expediente inicia con la certificación de bautismo de Perpetua Amalia, nacida en Peñuelas en abril de 1841. Por su parte, Antonio, inmigrante asturiano, debía demostrar que era católico, soltero y libre de impedimentos. Como no tenía consigo su partida de bautismo, recurrió al testimonio de varios paisanos suyos residentes en la isla.

Los testigos y su importancia

Tres asturianos —Nicolás Cancio, Domingo Álvarez y Beremundo García— declararon ante el párroco comisionado que conocían a Antonio desde su niñez en el Puerto de Vega, que lo habían visto bautizarse en la parroquia de Santa María y que nunca había estado casado ni profesado religión alguna. Sus testimonios no solo validaron el proceso matrimonial, sino que también nos revelan la existencia de redes de apoyo entre inmigrantes peninsularesestablecidos en Peñuelas y alrededores.

El contexto local

Además de los testigos, el expediente incluye las licencias del padre de la novia y del alcalde de Peñuelas, don Policarpio Echevarría, así como la aprobación final del Provisor y Vicario General en San Juan. Todo ello muestra la formalidad y el detalle con que la Iglesia y las autoridades coloniales vigilaban la legitimidad de los matrimonios.

Valor genealógico

Para el genealogista, este tipo de expediente es oro puro:

  • Confirma la filiación y el lugar de origen de los contrayentes.

  • Registra nombres de padres, padrinos y testigos.

  • Refleja la movilidad de los asturianos hacia Puerto Rico y su integración en familias locales como los Sierra y Pérez.

  • Nos permite vislumbrar cómo, más allá de los nombres, existían comunidades trasatlánticas que se apoyaban entre sí en momentos clave de la vida.

Conclusión

La probanza de soltería de Antonio Pérez Villamil y Perpetua Amalia Sierra nos recuerda que cada matrimonio no era solo un acto de fe y compromiso, sino también un procedimiento legal y social que dejaba huellas documentales. Para sus descendientes y para quienes estudian la historia de la emigración asturiana a Puerto Rico, este expediente de 1861 es una pieza fundamental que enlaza genealogía, migración y vida comunitaria en el siglo XIX.

Fuente:

  • Archivo Historico Arquidiocesano de San Juan, Justicia, Certificaciones, Peñuelas, Caja J-180

viernes, 29 de agosto de 2025

El legado de Don José Colomé: genealogía y vida cotidiana en Lajas, 1844

Por César A. Zapata Lozada

En los archivos históricos, los testamentos son ventanas privilegiadas al pasado. Tal es el caso del expediente testamentario de Don José Colomé, vecino de San Germán (Lajas) y natural de Mataró, Cataluña, fechado en 1844. Este documento, conservado en el Archivo General de Puerto Rico, nos ofrece no solo información genealógica, sino también un retrato vivo de la economía, la sociedad y la vida familiar en el suroeste de Puerto Rico durante el siglo XIX.

Orígenes y familia

Don José Colomé llegó desde Cataluña a Puerto Rico, donde contrajo matrimonio con Doña Damiana del Toro, integrante de una familia con presencia en Cabo Rojo y Lajas. De esta unión nacieron seis hijos:

  • María de los Reyes (1816)
  • José Francisco (1817)
  • María Teresa (1819)
  • María Consolación (1821)
  • Juan José y Juan Ángel (1823, gemelos)

Los bautismos de todos los hijos se encuentran registrados en las parroquias de Cabo Rojo y Lajas, confirmando la movilidad de la familia entre estas jurisdicciones y su inserción en las redes locales de compadrazgo. Entre los padrinos aparecen miembros de las familias del Toro, Lugo y Zapata, lo que refuerza los lazos sociales y familiares entre estas estirpes del suroeste de la isla.

Bienes y patrimonio

El inventario de bienes levantado tras la muerte de Colomé detalla con precisión el patrimonio familiar:

  • Casa principal en los Llanos (madera y tejas).
  • Tierras agrícolas con café, plátanos, pastos y terrenos vírgenes en distintas zonas de San Germán y Sabana Enea.
  • Ganado y bestias, incluyendo caballos, yeguas y más de treinta vacas, valorados en más de 900 pesos.
  • Tres personas esclavizadas, con valoraciones que oscilaban entre 25 y 250 pesos, lo que revela el peso de la esclavitud como parte del capital familiar en la economía rural.

El total del patrimonio ascendía a más de 2,600 pesos, una cifra considerable para la época, lo que muestra que Colomé alcanzó una posición económica sólida dentro de la sociedad local.

Distribución de la herencia

La herencia se dividió entre la viuda y los hijos. Damiana del Toro recibió la mitad de los bienes como lo dictaba el régimen matrimonial de la época, mientras que los hijos recibieron partes proporcionales. Documentos posteriores incluyen firmas de Juan José y Juan Ángel Colomé, lo que permite identificar con certeza a miembros de la siguiente generación.

Valor genealógico e histórico

Este expediente es un ejemplo claro del doble valor de los documentos notariales y judiciales:

  1. Genealógico: confirman filiaciones, matrimonios, descendencia y vínculos de compadrazgo.
  2. Histórico-social: muestran cómo se estructuraba la vida económica de las familias, desde la agricultura y ganadería hasta la presencia de la esclavitud como parte del patrimonio.

Además, permiten observar la transición de un inmigrante europeo como José Colomé, que llegó a integrarse y fundar un linaje en Puerto Rico, dejando huellas documentales que hoy resultan clave para sus descendientes.

Reflexión final

El testamento de Don José Colomé es más que una lista de bienes y mandas piadosas: es el relato de un hombre que, viniendo de Cataluña, echó raíces en Lajas y contribuyó al tejido económico y social del suroeste de Puerto Rico. Sus descendientes —a través de los Colomé, del Toro, Lugo, Zapata y otros— encuentran en este expediente no solo datos fríos, sino también una historia de migración, familia, fe y trabajo que ayuda a comprender cómo se construyeron las comunidades de la región.

Fuente:

  • Archivo General de Puerto Rico, Fondo Judicial de San Germán, Caja 53. Testamentaria de don José Colomé.

Otras publicaciones del autor (disponibles en Amazon):

domingo, 19 de enero de 2025

Nuevos hallazgos sobre los ancestros de don Ángel Sierra (1778-1867)

Por César A. Zapata Lozada

En mis artículos anteriores sobre don Ángel Sierra, profundicé en los detalles de su vida en Peñuelas, sus descendientes y su procedencia. Como mencioné, don Ángel, o Angelo Fidelis Serra, nació en Valletta, Malta, y fue bautizado el 28 de agosto de 1778. Encontré su registro de bautismo en los archivos parroquiales digitales de la iglesia St. Dominic de Valletta en Malta (Archivo Parroquial St. Dominic de Valletta, Libro de Bautismos 11, folio 298). Basándonos en su acta de defunción, descubrimos que sus padres fueron Antonio y Fortunata Portelli. La referencia a que don Ángel era originario de Malta proviene del testamento de su esposa, doña María Eugenia Planas, y de su propio testamento.

Al estudiar los archivos parroquiales de Malta, también encontré el registro de matrimonio de los padres de don Ángel, Antonio y Fortunata, quienes se casaron en Cospicua, Malta, el 9 de febrero de 1763 (Archivo Parroquial Inmaculada Concepción de Cospicua, Libro de Matrimonios 5, folio 100v). A partir de esta acta de matrimonio, pude averiguar quiénes eran los padres de Antonio y Fortunata. Fortunata provenía de una familia muy antigua de Malta, los Portelli, y era hija de Josephi Portelli y María Schembri, otra familia de gran antigüedad en Malta. Por otro lado, descubrimos que Antonio Serra era natural de Dipignano, en la provincia de Cosenza, en la región de Calabria, en el sur de Italia, y que sus padres eran Josephi Serra y Caterina. 

Dipignano, Italia

Nunca imaginé que sería posible seguir encontrando ancestros de don Ángel. Sin embargo, gracias a otro descendiente de don Ángel, Carlos Sierra, logramos descubrir más información en Dipignano. Carlos encontró unas fuentes digitales que contienen el censo de 1745 de Dipignano. En este censo, encontramos a Antonio junto a sus padres, Josephi y Caterina. Lo interesante es que también aparece la madre de Josephi, quien era viuda, y se menciona el padre de Josephi. Los padres de Josephi eran Francesco Serra y Antonia Bruna. Además, el censo revela el apellido de Caterina, que era Plantedi.

El censo revela que Josephi, un vendedor de calderas de cobre, residía en Dipignano, una localidad con una larga tradición en el trabajo de este metal desde el siglo XIV. Esta conexión sugiere que Josephi probablemente comercializaba productos elaborados localmente. Junto con su familia, habitaba una vivienda alquilada a Damiano di Lorenzo en el barrio de Brunetta, pagando un alquiler anual de 20 carlini, una antigua moneda napolitana.

He tratado de traducir lo mejor que he podido el censo de 1745. A continuación lo que pude traducir:

  • Giuseppe Serra hijo de Francesco, vendedor de calderas (nota: deben ser calderas de cobre ya que Dipignano es reconocido por eso), 25 años
  • Caterina Plantedi, esposa, 26 años
  • Rosa, hija, 4 años
  • Antonio, hijo, 2 años
  • Gennajo, hijo lactante 
  • Antonia Bruno, madre viuda, 60 años
  • Cintia, huérfana de padre fallecido

Gesta de Giuseppe (debe ser trabajo o propiedades de Giuseppe)

  • Industria de Giuseppe - 14 onzas
  • Habita en una casa alquilada situada en el barrio de Brunetta, junto a la casa de Damiano di Lorenzo. (No se lo que dice la próxima palabra)
  • Posee en el lugar de la javola(?) un casta(?), junto a las propiedades del rev. D. Nicolo Serra, habilita la venta y los treinta carlines anuales.  - 10 onzas
  • Mas propiedad de un burro, habilita la venta de 20 carlines 
  • Son 27 onzas y 10 granos (creo que esto debe ser el impuesto a pagar o su capital)



Basado en esto ahora sabemos que los bisabuelos de don Ángel Sierra, fueron Francesco Serra (cir. 1685 - antes 1745) y Antonia Bruno (cir. 1685 - después 1745). 

Quiero agradecer a Carlos Sierra por encontrar el censo y compartirlo conmigo. Seguiremos estudiando estos documentos para ver que más podemos encontrar. 

Otras publicaciones del autor (disponibles en Amazon):

Ecos del Archivo: Desvelando las Historias de la Rebelión de San Germán de 1711

Un viaje a través de los Legajos: Algunos rostros detrás de la lucha por los derechos y privilegios de San Germán. Por César A. Zapata Lozad...