Actualilzado 23 de abril de 2023.
Por César Zapata Lozada
La Isla Ratones es un pequeño cayo ubicado en el sector Joyuda del Municipio de Cabo Rojo con una interesante historia. Anteriormente la isla fue conocida como Isla Piñero porque fue utilizada para sembrar piñas por un tiempo. La isla también fue utilizada como vertedero hasta que la Cervecería India adoptó la isla y procedió a limpiarla.
Pero esto es solo un pequeño pedazo de la historia de esta paradisiaca isla. Sabemos que indigenas estuvieron presentes en dicha isla ya que en 1990 se encontró una osamenta indígena de la cultura ostionoide enterrada en la isla. Y recientemente durante mis investigaciones históricas encuentro que la isla protagonizó un interesante evento de nuestra historia.
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Atardecer en Isla de Ratones |
Entre 1701 a 1711, vecinos de la villa de San Germán (que incluía a Cabo Rojo) resistieron la autoridad de los gobernadores Gabriel Gutiérrez de la Riva y Francisco Danio Granados basándose en derechos y privilegios concedidos a la villa de San Germán por la Audiencia de Santo Domingo el 27 de enero de 1590. Estos derechos y privilegios les fueron otorgados por medio de una real provisión y ordenaba a los gobernadores a no llamar a los vecinos de San Germán a prestar guardias en San Juan, excepto para la defensa de la plaza en caso de un ataque, que no se les retuviera por más tiempo de lo necesario, y que no se les empleara en otros ministerios (Para más información sobre los derechos y privilegios de la villa de San German, ver Aida R. Caro de Delgado, Villa de San Germán, sus derechos y privilegios durante los siglos XVI, XVII y XVIII (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1962)).
Para enero de 1711 el gobernador Francisco Danio Granados ordenó que veinte y cinco milicianos de cada partido de la isla (San Germán, Ponce, Aguada, Arecibo, y Coamo) se reportaran a la plaza de Puerto Rico para hacer guardia debido a que una flota naval de guerra inglesa se encontraba en las Antillas Menores y el gobernador había obtenido noticias de que esta flota representaba una amenaza para la plaza de Puerto Rico (Para más información sobre estos sucesos entre 1701-1711, ver Francisco Moscoso, La sublevación de los vecinos de Puerto Rico (San Juan: Ediciones Puerto, 2012)).
Después de la orden del gobernador ocurren varios eventos en donde algunas escuadras de la villa de San Germán y Ponce se rehusaron a seguir la orden del gobernador y decidieron no entrar a San Juan y regresaron a San Germán. Pero hay un evento durante este episodio de rebelión en que la isla Juyua jugó un papel interesante. Quiero señalar que este nombre de isla Juyua en referencia a la Isla Ratones no lo habia visto anteriormente.
El evento a que me refiero es cuando un grupo de milicianos que se rebelarón contra el gobernador intentarón ir a la Real Audiencia en Santo Domingo para pedir la liberación de algunos de sus compañeros que estaban presos en el castillo San Felipe del Morro por su rebeldía contra el gobernador. Los cabecillas de este grupo que intentó ir a Santo Domingo fueron el procurador general de San Germán, Manuel García Pagán, y su pariente cercano Rafael de Santiago Pagán.
Los milicianos rebeldes ya habían hecho una canoa en el sitio de los Llanos por si era necesario para ir a la audiencia de Santo Domingo a pedir protección del gobernador. El grupo de rebeldes halaron la canoa como tres leguas (9 millas) hasta la costa lo que le tomó un mes en completar. Imaginen cuan grande y pesada debió haber sido esta canoa. Luego de hecharla al mar navegaron hasta el rio Guanajibo para esconderla y dejarla lista para usarla en un futuro viaje a Santo Domingo.
El martes 30 de junio de 1711, Francisco Rodríguez Maldonado, Juan Lorenzo, Pedro Ramos, Juan de Gracia, y Julián de la Cruz, por orden de Manuel García Pagán y Rafael de Santiago Pagán, fueron de noche al rio Guanajibo a buscar la canoa y navegaron hacia la isla Juyua en donde pernoctaron aquella noche para esperar a los otros compañeros que llegarían al próximo día. Al otro día aparecieron en la playa frente a la isla Juyua, Manuel García Pagán, Rafael de Santiago Pagán, Agustín del Rosario, Juan del Rosario, Esteban García de Sea, y Francisco de Torres de Figueroa. Estos los llamaron desde la playa y los que estaban en la isla fueron a buscar a este grupo y regresaron a la isla Juyua para hacer los preparativos para su viaje a Santo Domingo.
Ese día, que era el miércoles primero de julio, partieron hacía Santo Domingo llevando dentro de la canoa dos escopetas, nueve lanzas, cuatro espadines, y machetes (uno para cada persona). También llevaban bastimientos de carne y plátanos para tener sustento durante su viaje. Este viaje duraba varios días y debía ser díficil cruzar el canal de la Mona en una canoa, aunque esta tuviera una pequeña vela.
Navegaron toda la noche y el jueves dos de julio al mediodía estando cerca de la isla de Mona se encontrarón con una balandra de corzo francesa que los persiguió hasta alcanzarlos y les preguntó que a donde iban y si tenían licencia para su viaje, a lo cual le contestaron que iban a Santo Domingo para una diligencia con la Real Audiencia y que no tenían licencia de su gobernador para el viaje porque eran de San Germán y no la necesitaban. El cápitan francés, llamado Pedro Daniel, al ver las armas y saber que no tenían licencia sospechó que no iban a algo bueno y como era requisito tener licencia para viajar decidió arrestarlos y llevarlos a San Juan a su gobernador que en aquel tiempo era Francisco Danio Granados.
El capitán francés procedio con su viaje y Manuel García Pagán y Rafael de Santiago Pagán trataron de convencer al capitán que los dejara en la costa y que ellos le proporcionarían bastimientos ya que estaban cortos de ellos. El capitán no aceptó la oferta de los rebelados y dijo que era su deber llevarlos a su gobernador. Siguieron su viaje y llegaron al puerto de San Juan el 5 de julio. Al llegar a San Juan, los doce fueron arrestados y llevados al castillo San Felipe del Morro donde estaban sus compañeros que habían sido arrestados anteriormente. El gobernador procede a interrogarlos y obtener sus testimonios y declaraciones sobre lo sucedido y sus intenciones. Esta historia continua y es larga, pero no he terminado mi estudio sobre estos sucesos y sigo mi investigación con el propósito de compartir más sobre esta historia en un futuro.
Volviendo a la isla Juyua, por lo que he averiguado hay varios investigadores que alegan que Juyua es un nombre indígena pero en realidad no se sabe con certeza su real significado ni de donde proviene. Por lo menos sabemos que ya para 1711 su nombre era isla Juyua. El nombre de esta isla debe ser la razón por la cual el area frente a esta isla se llama actualmente Joyuda. Pero este tema definitivamente amerita más investigación.
Quiero también presentar que el aspecto natural de la isla debió haber sido muy diferente a como la conocemos hoy en día ya que actualmente su vegetación consiste mayormente de pino australiano. Este pino es una especie invasora que no es endémico de las Américas ni del Caribe y que fue traído a la Florida en 1898 por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos y se expandió por el Caribe. Este pino desplazó la vegetación típica de playa que existía en la isla Juyua cambiando su aspecto. Espero que en un futuro cercano se hagan esfuerzos para retornar la isla a su estado natural.
Protagonizadores de este evento
Siempre me fascina aprender más sobre las personas envueltas en estos eventos. Gracias a los testimonios y declaraciones de estos milicianos ante el gobernador general Francisco Danio Granados pude sacar mucha información sobre ellos. Estas declaraciones y testimonios ocurrieron a principios de julio de 1711. A continuación presento la información obtenida.
- Manuel García Pagán, de 30 años, natural de la villa de San Germán y procurador general de ella. Tenía una pequeña hacienda en donde tenía de siete a ocho reses y dos pegujales de ganado menor y no era casado. Era sobrino de Rafael de Santiago Pagán. Manuel vivía en una casa con sus sobrinas en Hormigueros, al parecer eran hijas de Juan Rodríguez, quien era difunto. Sabia firmar.
- Rafael de Santiago Pagán, de 50 años poco más o menos, natural de la villa de San Germán, notario público del juzgado eclesiástico, y había sido ayudante de la villa, y alcalde ordinario. Sus bienes eran cuatro esclavos, un caballo, una yegüa, y un pegujal de marranos de veinte a veinte y dos cabezas y que en estos bienes tiene parte su mujer. Este era tío de Manuel García Pagán. Sabia firmar.
- Juan Lorenzo, de 24 años, natural de la villa de San Germán, su oficio era hombre de campo, sus bienes eran seis reces vacunas y tres bestias caballares. Estaba casado y tenia una hija. Hermano de Juan de Gracia. Sabia firmar.
- Francisco Rodríguez Maldonado, de 44 años poco más o menos, natural de la Ciudad de Salamanca y vecino de la villa de San Germán, su oficio era de trabajar en el campo para mantenerse, tenía cuatro vacas y una manada de marranos. Estaba casado y tenia tres hijitos. No sabia firmar.
- Juan de Gracia, de 36 años, natural de la villa de San Germán, su oficio era trabajar en el monte, y sus bienes eran un pegujal de marranos para mantenerse. Hermano de Juan Lorenzo. No sabia firmar.
- Julián de la Cruz, de 28 años, natural de la villa de San Germán, no tenía oficio, se mantenía trabajando del campo, era soltero, y no tenía bienes. Hijo de Mateo de la Cruz. No sabia firmar.
- Pedro Ramos, de 20 años, natural de la villa de San Germán, era pescador y trabajaba en el campo para mantenerse y no tenia más bienes que los trapos que traía encima. No sabia firmar.
- Francisco de Torres de Figueroa, de 20 años poco más o menos, natural de la villa de San Germán, su oficio era de trabajar en el campo y no tenía hacienda. Estaba viviendo por más de dos meses de agregado en casa de su hermano Antonio de Torres (fue alcalde de la Santa Hermandad, procurador general, y alcalde ordinario). Francisco se embarcó con ellos porque pidió que lo lleveran a Santo Domingo ya que tenía una promesa de hacerle una novena a Nuestra Señora de la Altagracia en el Higüey de Santo Domingo. Menciona que era hijo del teniente y capitan a guerra Juan de Torres de Figueroa y que sus antepasados habían ocupado puestos honoríficos tanto políticos como militares. Sabia firmar. Nota: Este Francisco llega a ser alcalde ordinario de San Germán en 1728 y se casó con Apolonia Borrero. Este Francisco es mi ancestro.
- Juan Julián, de 20 años, natural del partido de Ponce, trabajaba en el monte para mantenerse y solo tenía lo que traía encima. No sabia firmar.
- Agustín del Rosario, de 18 años, natural de la villa de San Germán, no tenía oficio y trabajaba en el monte y tenía sendos pagujeles de marranos. Tenía su casa en Hormigueros. No sabia firmar.
- Esteban García de Sea, de 20 años más o menos, natural de la villa de San Germán, no tenía oficio y era hombre de campo y no tenía más bienes que la ropa que traía encima. No sabia firmar.
- Juan del Rosario, de 17 años, natural de la villa de San Germán, su oficio era el de los hombres de campo y no tenia bienes. Vivía en el sitio de los Cerillos (Cabo Rojo). No sabia firmar.
Bibliografía
- Cesiach López Maldonado. Al Rescate de Isla de Ratones: un paraíso cerca de Cabo Rojo, Primera Hora, 17 de julio de 2022, 11:45 pm.
- Página del Municipio de Cabo Rojo, Breve Historia de Cabo Rojo.
- Archivo General de Indias, Santo Domingo, Legajo 2295, folios 275 (742), 537 (1004), 546v, 550 (1017). Varios testimonios de los rebelados mencionan la Isla de Juyua, Joyua, y Jullua.
- Aida R. Caro de Delgado, Villa de San Germán, sus derechos y privilegios durante los siglos XVI, XVII y XVIII (San Juan: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1962)
- Francisco Moscoso, La sublevación de los vecinos de Puerto Rico (San Juan: Ediciones Puerto, 2012)